domingo, 28 de diciembre de 2014

...todo lo que termina empieza en otra parte...

Hola "blogeros ", seguidores, amigos y familiares....

Como hice el año pasado, en éste,repito operación: una entrada para despedir el año y recibir el nuevo que viene y que, muchos-por no decir la mayoría-, estáis deseando que llegue.

Ya sabéis, si me conocéis o recordáis la última entrada del año pasado, que me gusta hacer recuento del año... y este año ha resultado bastante: curioso, ajetreado, cambiante, lleno... no lo puedo definir con, tan sólo, un adjetivo. Pero lo que sí puedo asegurar es que me ha ayudado a seguir creciendo.

Se que os prometí compartir mis nuevas historias...pero este año ha sido más constructivo que productivo...cosa que no me preocupa pues  tengo más enriquecida el alma para recrearme en la vida y en la experiencia y, poder así, regalaros mis pensamientos acabados en historias, que pronto podréis leer.

El año pasado lo empecé con una persona que volvía a mi vida; este año lo acabo el "pack" completo... así que FELIZ Y AGRADECIDA!

El 2014 ha devuelto gente a mi vida que había desaparecido por un tiempo, me ha regalado personas nuevas que me han brindado grandes y bonitos momentos y: aquí sigo yo. Con la sonrisa incorporada a mi rostro y las mismas ganas de seguir con este caminar por la vida y sus decorados.

Esta vez seré más breve y tan sólo os animaré a perseguir vuestros sueños, a crecer con la vida y no dejar de sonreír jamás. Al mal tiempo buena cara....y al buen tiempo: más y mejor!!!

Que este nuevo ciclo que viene, os depare lo mejor de lo mejor...

...Que lo difícil se os haga fácil.
...Que las tristezas puedan ser compartidas y poco dolorosas.
...Que los miedos no os impidan seguir con esa fe que siempre ha movido montañas.
...Que nada ni nadie os impida brillar.

Feliz salida de año.... y a por el 2015....que seguro promete!!!

lunes, 12 de mayo de 2014

El primer encuentro entre las sábanas entre Nat&Emma no quedó ahí... aquí os dejo unos trocitos más de la escena...

"...Viendo que la escena adquiría un silencio imprevisto, le sugerí que se volviese boca abajo y dejase que su relajación corriese de mi cuenta. Me observó retraída, pero accedió sin rechistar. Cogí un frasco de aceite aromatizado con esencias de flores, que guardaba en un cajón de mi mesilla, y le impregné toda la espalda poco a poco. Dediqué más de treinta minutos a desmontar cada músculo de su espalda y no reparé en detenerme sobre sus nalgas. Por un momento temí que se hubiese dormido, y atiné a susurrarle al oído para comprobarlo.

-¿Te gusta?

Casi de forma inapreciable, realizó un leve ademán de incorporase pero se limitó a emitir un plácido sonido, que de no saber su causa hubiese apostado que tras él se escondía la palabra Sexo.

-¿Continúo?-añadí entusiasmada por la laxitud que desprendía.

Volvió su rostro lo más que su elástico cuello le permitía y, aprovechando que aún me encontraba incorporada sobre su nuca, me miró firmemente a la boca, desatando una nueva revolución de sedientos sentimientos que rozaban la obscenidad.
Tumbada sobre ella, aún de espaldas a mí, nos devorábamos a bocados mientras nuestras manos volvían a ser esclavas de un desatado furor que nos encadenaba a nuestros cuerpos.
Coqueteamos hasta que no cabíamos de placer y, sin darme cuenta, la tenía entre mis piernas intentando probar esa fruta prohibida que llevaba días esperándola. Ambas, nos aferramos a las piernas de la otra y, escondidas de las inoportunas miradas, desnudamos nuestras almas ante una imaginación que tan sólo nuestras lenguas eran capaces de seguir. Esta vez, sí nos bebimos con deleite, saboreándonos voraces  mientras nos sujetábamos las nalgas fuertemente hasta quedar casi sin respiración. Casi una hora después, quedábamos derrotadas bajo las finas sábanas que nos aliviaban cada gota de sudor derramada..."

Y otra escena más para no haceros perder el calorcito...de las mejillas:

"...Le mantuve la mirada y, sin pensármelo, le propiné un beso en aquellos humildes labios que me necesitaban más que nunca.
Le pedí que se tumbara y se relajase todo lo que pudiera. Mojé su cabello y su rostro y comencé a frotar suavemente cada rincón de su estilizado cuerpo.
Toda la compasión que sentía hacia ella se fue engrandeciendo hasta que,   una vez más, mi deseo volvió a hacerse dueña de mi ser, y sin ser consciente de ello mis movimientos comenzaron a ser más y más sensuales y atrevidos. Solté la esponja sobre aquella densa masa de jabón burbujeante y mis manos se hicieron dueña de su cuerpo. Bajo el agua, a escondidas de nuestras miradas, la acariciaba con deleite, masajeando a mi antojo aquellos muslos perfectos que reposaban inertes. De una pierna pasé a la otra, bajé hasta sus pies y le regalé un suave masaje que le hizo perder el control de sus emociones, llegando incluso a gemir de placer. Yo la miraba con descaro mientras ella prefería evadirse tras la oscuridad de sus párpados. Mis dedos pasearon por su piel hasta acabar seducidos por su cintura, donde jugueteé con su ombligo mientras me decidía a seguir subiendo los escalones de aquella pirámide que me representaba su hermoso cuerpo.
Ante tanta indecisión, Emma sujetó mi mano y, ayudada por su frenesí, la arrastró hacia sus senos dejando que su tímida mirada rogase el contacto de mis dedos. Me adueñé de ellos y me dejé llevar por aquel húmedo juego que nos estaba desatando un simple baño de burbujas.
Tras aquellas apasionadas caricias, una vez más, Emma se encargó de manejar la situación a merced de su delirio y me empujó alocadamente al acantilado de su sexo, donde caí precipitada a un abismo de lujuria que me incitaba a probarlo. Me recreé todo lo que me permitieron mis incansables dedos y, cuando parecía que un maremoto se hubiese apoderado de aquellas aguas turbias de frenesí, me arrebató el timón de sus genitales y se incorporó enérgicamente. Me sujetó de los brazos y, con una mirada totalmente cegada de placer, se abalanzó sobre mí robando cada beso que tenía reprimido para ella.
Deseaba tanto sentir su piel rozando con cada milímetro de la mía, que mi sexo ardía de sólo imaginarlo.
Mientras devoraba la carne rosácea de mis labios y saciaba aquella desmesurada necesidad que la dominaba, comenzamos un  voraz forcejeo donde nuestras manos se aferraban al cuerpo de la otra como si de un reencuentro se tratase.
Me levanté repentinamente, con la intención de desnudarme y acompañarla en aquel baño, pero, espontánea, extendió su mano invitándome a tomarla. Con sólo un leve tirón, me vi cayendo sin control sobre su cuerpo desnudo y cubierto de espuma.

-Estás loca-exclamé mientras me apartaba el cabello mojado de la cara.
Después de una buena oleada de risas, se fue deshaciendo, sin pudor alguno y muy lentamente, de cada prenda mojada que me cubría. Yo, mientras, mostraba un placentero goce mordiendo sus labios suavemente mientras me aferraba al borde de la bañera. Ambas nos encontrábamos desnudas, resbalando la una entre la otra y cubiertas de una densa nube de vaho, que nos sugería una romántica escena de película.
Retozamos a nuestro antojo sin darnos casi tiempo a respirar. Sólo jugamos a ese juego llamado sexo y le añadimos una pinceladas de romanticismo y erotismo, que nos llevaron a disfrutar de los mejores orgasmos de mi vida, y, seguramente, de la de Emma también.
Permanecimos abrazadas mientras recuperábamos el aliento y las aguas volvían a su calma inicial. Entretanto nuestras manos seguían recorriendo, una y otra vez, cada espacio de piel que asomaba entre las nubes de espuma, como un iceberg en la niebla, y quedaban completamente fríos. Tras instantes de silencio, advertí que la temperatura del agua estaba descendiendo y sugerí a Emma que abandonásemos aquel caldo de pasión..."

¿Queréis más? Aquí os dejo el enlace al libro completo donde podréis seleccionar las partes que prefiráis.
De lo Inerte Nace la Vida


martes, 6 de mayo de 2014

La primera escena de sexo entre nuestras chicas...

¿Recordáis la primera vez que Nat y Emma se funden entre las sábanas? Aquí os dejo el trocito del encuentro para que lo reviváis... "un poquito de placer para este martes soleado...jejeje"

´´Dejamos las colillas en el cenicero del escritorio y nos dejamos llevar por una corriente de brío y desenfreno, donde tan sólo había cabida para un forcejeo de nuestras lenguas que, impacientes, se fundían entre sí en aquel oscuro cielo de mi boca. Luchamos enérgicas, la una con la otra a modo de pelea, hasta caer rendidas sobre la cama. Emma se situó sobre mí y, sujetándome las muñecas ligeramente, me devoró el aliento  caprichosa de sus deseos. Nuestros cuerpos danzaban al compás de nuestra respiración, sin reparar en nuestros ropajes. Nos abrazábamos violentamente sin dar tiempo a que, ni tan siquiera, una mínima partícula de oxígeno se colase entre nosotras para separarnos. Las sábanas se anudaban bajo nuestro festín advirtiendo fundirse tras tanta fricción.
Yo, me encontraba con los jeans a medio desabrochar y el sujetador negro de tacto aterciopelado humedecido por aquel susto, supuestamente fantasmagórico, que provocó que me derramara el agua por encima. Emma, en cambio, aún vestía una blusa negra de algodón, que unos diminutos botones del mismo color la mantenían, pese a mi deseo, cubriendo su voluptuoso busto. Como no, sus jeans lavados a la piedra, azulados como un día triste de verano, bien apretados, insinuando ante mi unas nalgas que, por suerte, ya había podido disfrutar en el pantano. Sus manos liberaron a las mías y acto seguido se apoderaron de mi cintura, que entre lamidos y caricias, cada músculo de mi vientre quedaba sobrecogido. Yo le sujetaba aquella melena oscura y suave, que desprendía un cálido perfume a flores orientales que resultaba de lo más exótico y sensual.
Nuestras miradas recitaban poesía, mientras cada poro de nuestra piel se impregnaba de cada verso.
Delicadamente, la induje a que cambiáramos los papeles y me dispuse a ser yo quien llevara las riendas del juego por unos instantes. La tumbé bajo mi cuerpo y la sentí más mía que nunca. Desabotoné su pantalón súbitamente y quedó ante mí, cubierta tan sólo, con un tanga de lo más acertado para la ocasión. La miré confidente y sentí sus manos empujando con descaro sobre mi cabeza y conduciéndome directas a su sexo.
Me moría de ganas por beber aquel manjar que debía de ser toda una fuente de licor. Pero en el último momento, escapé de su insistencia y me escurrí por sus estilizadas piernas.
De rodillas sobre la cama, me despojé de los pantalones como pude y quedé en ropa interior frente a ella.
Su mirada fue todo un poema. Su rostro travieso y seductor lo era más aún y mis deseos aumentaron por momentos al percatarme de esa pícara inocencia con la que me hechizaba. Repté hacia su rostro y clavé mis ojos sobre los suyos.

-Me vuelves loca, Emma-susurré agitada.
-Bésame-exclamó sin voz.

La besé más delicadamente. Esta vez, apenas rocé mis labios con los suyos. Desabroché el envoltorio de sus pechos y me  dejé llevar por aquella golosina firme y de tremenda suavidad al tacto de mis manos. Jugué a mi antojo con ellos, lamiéndolos con discreción hasta tener ante mí dos volcanes embrujados de placer. Entretanto, ella se aventuraba a quitarme el sujetador mostrando una torpeza infinita por la que reímos a carcajadas, dándole un descanso a nuestro palpitante sexo.
Todo estaba resultando de lo más natural e íntimo. El pudor se había marchado con aquellas risas que rompieron el fino cristal que mantenía a Emma contenida y tímida. Ambas, comenzamos a revolcarnos entre las sábanas, abrazadas, y sedientas de lujuria y sexo. Nuestras pelvis comenzaron a golpearse a ritmo de oleaje, deseando que nuestros tangas se evaporaran por arte de magia y sin necesidad de interrumpir aquel ferviente baile. Viendo que seguía ciegamente mis pasos, sujeté su mano con firmeza y la deslicé por todo mi cuerpo, invitándola a sumergirse bajo mi ropa interior sin miedo al rechazo.
La observé mientras gemía de placer ante aquella novedad y me desvanecí ante su rostro excitado y sus dedos mágicos entre mis piernas.
Continué su marcha y, en cuestión de segundos, nos encontrábamos penetrándonos la una a la otra, cabalgando sin control. Mis  rudos dedos ardían dentro de ella, sintiendo cada milímetro que acariciaban el interior de su ser y arrastrados por una humedad envolvente que hacían que se moviesen prácticamente solos. Tras esos minutos de alocado desenfreno, conseguimos alcanzar el orgasmo que nos acabase de fundir en un único ser. Mientras nos mirábamos, casi inconscientes y desbordadas por una sensación sobrenatural, y sencillamente perfecta, entendimos que aquel encuentro no tendría final.``

De lo Inerte Nace la Vida

lunes, 24 de marzo de 2014

La luz y la sombra del ser humano

Quería compartir, con todos vosotros, las sabias palabras con las que cerró el programa del domingo pasado nuestro amigo Iker.  Como siempre, una sencilla despedida donde a muchos nos toca el alma con la profundidad de su razón y su conciencia. Normalmente, cada vez que termina su mágico cierre, le dedico un aplauso sincero pues cada tema sobre el que habla "lo puede decir más alto pero no más claro". En este caso, después de verlo tan sólo conseguí alzar las cejas y pensar en una frase que mencionó: "Yo perdí la fe en el ser humano..."

Sólo añadiré un apunte que se me vino a la mente mientras acababa de nutrirme de su reflexión: 

En este mundo, hay muchas sombras y demasiada oscuridad, lo sabemos. Allá donde miremos podemos encontrarla. Hoy día es fácil. Como bien apunta Iker, todos tenemos una revista gratuita donde hallar lo que va más allá de nuestra imaginación, lo impensable y lo real, aunque parezca ficción. También, hay luz y bondad. Para conocerla no necesitamos hurgar demasiado para toparnos con ella pues en la vida cotidiana ya existe esa "normalidad". 
Y digo yo: ¿no es necesaria la luz para que exista la sombra? En la vida real (física, me refiero) es así; y en cualquier plano en el que queramos aplicarlo, lo es si nos situamos en una conversación profunda y metafórica. Así pues, en este mundo se necesita la luz para que exista la sombra pues sin ésta no sería posible. Y, si es algo inevitable y natural ¿por qué nos cuesta tanto aceptarlo como tal? ¿Tal vez porque todos somos luz y sólo unos cuantos se refugian en la sombra de su propio ser? Esa sombra que cada uno de nosotros proyecta, a la que no pertenece, pero en cambio, ésta sí a nosotros; o al menos, sin  nosotros ni la luz, podría llegar a existir. 
No nos engañemos, todos tenemos ese lado oscuro. Esa sombra donde se esconde la parte capaz de todo lo insensible habido y por haber en la humanidad. Como el Ying y el Yang, ¿no? Ha de existir esa dualidad en la vida, es una necesidad pues lo uno sin lo otro pierde el valor que a día de hoy somos capaz de darle a ambas opuestas.

Si esta escueta reflexión, que ha provocado en mí mi amigo Iker, puede ser válida para los que me leéis, para la vida y para la conciencia... que lo sea. No creo que sea bueno olvidar que donde está el Ying ha de estar el Yang. Está en cada ser humano el uso que quiera hacer de cada cual, el uso que le quiera dar y el fin con el que lo requiera. 
Yo acepto con humildad la existencia de mi luz y de mi sombra al igual que uso una y aparco la otra, tal vez porque así me ha enseñado la vida a ser feliz y porque así se han ido formando los cimientos de mi moral y mi ética.
No se me ocurre más, que dar las gracias por no haber perdido la sensibilización  a pesar de lo que mis ojos han podido ver en mi corta vida.

Merxe S. de la Vega

 Iker J.-Cierre Cuarto Milenio-


lunes, 10 de marzo de 2014

¿Conoces a +Alejandro Quintana?

Si te gusta escribir te gustará leer; y, para un mismo fin, os dejo este enlace que encontré hace tiempo por la red. Me gustan los consejos y las guías para algo que intento que sea mi medio de subsistir: escribir; y si, además, éstos te sirven de verdad y no sólo para llenarte la cabeza de más preguntas o, simplemente, quedarte tal y como estabas antes de su lectura, se merece que compartamos su trabajo pues os servirá a todos por igual.
La verdad es que, hasta ahora, he ojeado muchas páginas, muchos comentarios, muchos consejos..etc, y el que realiza +Alejandro Quintana se está convirtiendo en mi favorito. Todo lo que necesitas saber, está en su página. Y, si no quedáis satisfecho, contestará a vuestras dudas a la mayor brevedad y con el mismo entusiasmo que con el que crea sus entradas.
Gracias a personas como estas, muchos conseguimos crecer gastando lo que más tenemos en la vida: tiempo.
Desde aquí, quiero agradecer a Alejandro Quintana y a todos los que dediquéis vuestro tiempo y conocimiento a este fin, y que aún no tengo el gusto de conocer, lo que hacéis "Por amor al arte". Gracias y gracias, porque, seguro, que muchos escritores noveles, como yo, os estarán agradecidos eternamente.

lunes, 24 de febrero de 2014

¿Tan importante es con quién se acueste su hij@, señora?

La homosexualidad, sigue estando en el punto de mira como si de un problema se tratase. Por no hablar de la adopción por parejas del mismo sexo, leyes absurdas aplicadas con diferenciación-¿o tendría que decir "con discriminación"?-, etc...
Este mundo, intenta volvernos locos y hacernos olvidar que seguimos siendo personas sin importar el sexo, la raza, la clase social, la condición sexual...; personas que reunidas en una isla desierta, desnudos y desvalidos, acabaríamos de la mano para sobrevivir de ese naufragio del mundo y lo último que nos preguntaríamos sería: ¿Eres GAY?


Pero, ¿puede la homosexualidad romper una familia?

Imagino que, cada un@ de vosotr@s, tendréis una anécdota para compartir en referencia a la pregunta que os formulo. Todos los que hayan salido del armario, saben lo duro y eterno que puede llegar a ser ese proceso. En los diferentes ámbitos de nuestra vida, nos vemos en la necesidad de expresarnos tal y como somos y pensamos. Ansiamos el momento de hablar entre compañeros, vecinos, conocidos o amigos tal y como queremos hacerlo realmente. A veces, "el qué dirán" puede cobrar más importancia que nuestra propia felicidad y libertad de expresión (una cosa lleva a la otra, y quien se lo niegue no quiere reconocerlo-no quiere ser feliz-).
He oído barbaridades como "en el armario se está bien" o "no necesito llevar un cartel diciendo lo que soy" o "yo no tengo ningún problema en reconocer que soy gay, pero como se enteren en casa..." o " yo no soy gay, solo me entretengo hasta que llegue el/la mí@".... y muchas más que podríais añadir vosotr@s (encantada de conocerlas y que se conozcan, si os apetece compartirlas no dudéis en dejar vuestro comentario).

Crecer con ese peso sobre la espalda, reconozcamos que ¡¡es una p.. mierda!! Y, lo mejor ( o peor) de todo es cuando pasa el tiempo y somos capaces de mostrarnos tal y como somos y mirarnos en el espejo con una sonrisa en la cara. Entonces, nos damos cuenta de cuánto dolor nos podríamos haber ahorrado. Es la verdad, y sabéis (o sabréis) que no hablo por hablar. 

Todos hemos tenido "nuestros principios", con todo lo que ello conlleva: miedo, pavor, vergüenza, asco,  dudas, curiosidad... y sabréis de lo que os hablo. Sentimientos o sensaciones innatas y difícilmente se pueden pasar por alto.

Una vez, compartí una etapa de mi vida (esa etapa inicial de la que os hablo) con una compañera de trabajo lesbiana-reconocida-orgullosa-feliz que me explicó cómo vivía, en cierto modo, en un ambiente precario debido a que sus padres la había echado de casa al confesarles su verdadera orientación sexual. Mi cara de asombro os podéis imaginar cuál fue. Yo no podía entender, cómo una madre que ha sido capaz de llevarte en su vientre durante nueve meses, amamantarte y ayudarte a crecer, podía ser capaz de repudiar a su hija por esa sencilla razón. -¿Tan importante es con quién se acueste su hija, señora?-fue la frase que se me vino a la cabeza mientras la veía llorar de impotencia, de dolor y de abandono. 
Imagino que este post lo leerá alguna madre o futura madre, así que me tomo la libertad de dirigirme a ellas sin pudor: ¿Serían capaces de repudiar a su hija/o por que le guste esto o aquello?...ahí lo dejo (sentiros libres de contestar si os apetece).

Este tema podría tenernos entretenid@s eternamente...pero más eternos pueden llegar a ser nuestros sentimientos y pensamientos cuando hablamos de algo tan sencillo como el amor y la comprensión. 

No intento judgar a nadie; cada cual que haga lo que crea conveniente de acuerdo a su moral y su ética, simplemente así de sencillo. Cada ser humano se rige por unos principios...yo tengo los míos y respeto al resto, aunque jamás pueda llegar a entenderlos y compartirlos.   

Dicen que escribir ayuda a desahogar los sentimientos más callados de nuestra piel, así que os invito a desahogaros y compartir vuestros sentimientos en este blog, que, seguro, encontraréis apoyo y comprensión en la medida que me sea posible. 
También, dicen que la música nos ayuda a vernos reflejados con la letra y el sentimiento con el que el artista lo cante... pues para esto, también, quiero compartir una canción que una hija le canta a su madre; una madre que no la acepta, que YA no la quiere por ser lo que es. Deseo que os guste y, si os sentís identificad@s, tomaros la libertad de LLORAR a pleno pulmón y no dejéis que ese sentimiento se pudra en vuestro interior.  Esta es la canción, y agradezco a Anna Nicole por permitirme que la comparta en mi blog: ¿Dónde estás? 

Un abrazo muy fuerte a todos....y a ser felices!

Un aplauso por los homosexuales, y su largo y duro caminar.




Merxe S. de la Vega

martes, 11 de febrero de 2014

Última parte y FINAL de De lo Inerte Nace la Vida

¿Qué encontrará, Nat, al cruzar el umbral de la puerta donde Emma la espera? Tal vez, una cita sorpresa donde remendar todo lo vivido... tal vez.

Algún día tendría que llegar, y ese día es hoy. Perdonadme a todos los que me pedíais que colgase el final, pero mi último trabajo me ha tenido bastante ocupada.

Aquí os dejo el enlace para que, al fin, podáis disfrutar o sufrir mientras conocéis el final de esta historia donde estas dos chicas se lo han currado en hacernos sufrir, excitarnos, dudar, sentir rabia, soñar, añorar... y una gran cantidad de sentimientos y emociones que tod@s hemos llegado a sentir en situaciones tan sencillas de la vida como el amor.

Todas las historias tienen un final; a veces una continuidad... ya me diréis si merece una segunda parte.

Gracias a tod@s por seguirme en esta aventura en la que empecé a caminar entre las letras. Por vuestras palabras de alabanzas, por vuestro interés, por vuestra angustia, por vuestro apoyo, por vuestro cariño y amistad.

Merxe S. de la Vega

Último parte y FINAL