lunes, 24 de marzo de 2014

La luz y la sombra del ser humano

Quería compartir, con todos vosotros, las sabias palabras con las que cerró el programa del domingo pasado nuestro amigo Iker.  Como siempre, una sencilla despedida donde a muchos nos toca el alma con la profundidad de su razón y su conciencia. Normalmente, cada vez que termina su mágico cierre, le dedico un aplauso sincero pues cada tema sobre el que habla "lo puede decir más alto pero no más claro". En este caso, después de verlo tan sólo conseguí alzar las cejas y pensar en una frase que mencionó: "Yo perdí la fe en el ser humano..."

Sólo añadiré un apunte que se me vino a la mente mientras acababa de nutrirme de su reflexión: 

En este mundo, hay muchas sombras y demasiada oscuridad, lo sabemos. Allá donde miremos podemos encontrarla. Hoy día es fácil. Como bien apunta Iker, todos tenemos una revista gratuita donde hallar lo que va más allá de nuestra imaginación, lo impensable y lo real, aunque parezca ficción. También, hay luz y bondad. Para conocerla no necesitamos hurgar demasiado para toparnos con ella pues en la vida cotidiana ya existe esa "normalidad". 
Y digo yo: ¿no es necesaria la luz para que exista la sombra? En la vida real (física, me refiero) es así; y en cualquier plano en el que queramos aplicarlo, lo es si nos situamos en una conversación profunda y metafórica. Así pues, en este mundo se necesita la luz para que exista la sombra pues sin ésta no sería posible. Y, si es algo inevitable y natural ¿por qué nos cuesta tanto aceptarlo como tal? ¿Tal vez porque todos somos luz y sólo unos cuantos se refugian en la sombra de su propio ser? Esa sombra que cada uno de nosotros proyecta, a la que no pertenece, pero en cambio, ésta sí a nosotros; o al menos, sin  nosotros ni la luz, podría llegar a existir. 
No nos engañemos, todos tenemos ese lado oscuro. Esa sombra donde se esconde la parte capaz de todo lo insensible habido y por haber en la humanidad. Como el Ying y el Yang, ¿no? Ha de existir esa dualidad en la vida, es una necesidad pues lo uno sin lo otro pierde el valor que a día de hoy somos capaz de darle a ambas opuestas.

Si esta escueta reflexión, que ha provocado en mí mi amigo Iker, puede ser válida para los que me leéis, para la vida y para la conciencia... que lo sea. No creo que sea bueno olvidar que donde está el Ying ha de estar el Yang. Está en cada ser humano el uso que quiera hacer de cada cual, el uso que le quiera dar y el fin con el que lo requiera. 
Yo acepto con humildad la existencia de mi luz y de mi sombra al igual que uso una y aparco la otra, tal vez porque así me ha enseñado la vida a ser feliz y porque así se han ido formando los cimientos de mi moral y mi ética.
No se me ocurre más, que dar las gracias por no haber perdido la sensibilización  a pesar de lo que mis ojos han podido ver en mi corta vida.

Merxe S. de la Vega

 Iker J.-Cierre Cuarto Milenio-


1 comentario:

  1. Muy buena reflexión... Eso es lo bonito de la consciencia. Una reflexión lleva a otra y otra a otra y eso para mi es LUZ, en una sociedad donde sus dirigentes se empeñan en entretenernos para que no pensemos, para que seamos inconscientes, osea, obedientes... Al fin y al cabo sólo unos pocos entenderán esto, privilegiada me siento... Felicidades!!!

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