lunes, 12 de mayo de 2014

El primer encuentro entre las sábanas entre Nat&Emma no quedó ahí... aquí os dejo unos trocitos más de la escena...

"...Viendo que la escena adquiría un silencio imprevisto, le sugerí que se volviese boca abajo y dejase que su relajación corriese de mi cuenta. Me observó retraída, pero accedió sin rechistar. Cogí un frasco de aceite aromatizado con esencias de flores, que guardaba en un cajón de mi mesilla, y le impregné toda la espalda poco a poco. Dediqué más de treinta minutos a desmontar cada músculo de su espalda y no reparé en detenerme sobre sus nalgas. Por un momento temí que se hubiese dormido, y atiné a susurrarle al oído para comprobarlo.

-¿Te gusta?

Casi de forma inapreciable, realizó un leve ademán de incorporase pero se limitó a emitir un plácido sonido, que de no saber su causa hubiese apostado que tras él se escondía la palabra Sexo.

-¿Continúo?-añadí entusiasmada por la laxitud que desprendía.

Volvió su rostro lo más que su elástico cuello le permitía y, aprovechando que aún me encontraba incorporada sobre su nuca, me miró firmemente a la boca, desatando una nueva revolución de sedientos sentimientos que rozaban la obscenidad.
Tumbada sobre ella, aún de espaldas a mí, nos devorábamos a bocados mientras nuestras manos volvían a ser esclavas de un desatado furor que nos encadenaba a nuestros cuerpos.
Coqueteamos hasta que no cabíamos de placer y, sin darme cuenta, la tenía entre mis piernas intentando probar esa fruta prohibida que llevaba días esperándola. Ambas, nos aferramos a las piernas de la otra y, escondidas de las inoportunas miradas, desnudamos nuestras almas ante una imaginación que tan sólo nuestras lenguas eran capaces de seguir. Esta vez, sí nos bebimos con deleite, saboreándonos voraces  mientras nos sujetábamos las nalgas fuertemente hasta quedar casi sin respiración. Casi una hora después, quedábamos derrotadas bajo las finas sábanas que nos aliviaban cada gota de sudor derramada..."

Y otra escena más para no haceros perder el calorcito...de las mejillas:

"...Le mantuve la mirada y, sin pensármelo, le propiné un beso en aquellos humildes labios que me necesitaban más que nunca.
Le pedí que se tumbara y se relajase todo lo que pudiera. Mojé su cabello y su rostro y comencé a frotar suavemente cada rincón de su estilizado cuerpo.
Toda la compasión que sentía hacia ella se fue engrandeciendo hasta que,   una vez más, mi deseo volvió a hacerse dueña de mi ser, y sin ser consciente de ello mis movimientos comenzaron a ser más y más sensuales y atrevidos. Solté la esponja sobre aquella densa masa de jabón burbujeante y mis manos se hicieron dueña de su cuerpo. Bajo el agua, a escondidas de nuestras miradas, la acariciaba con deleite, masajeando a mi antojo aquellos muslos perfectos que reposaban inertes. De una pierna pasé a la otra, bajé hasta sus pies y le regalé un suave masaje que le hizo perder el control de sus emociones, llegando incluso a gemir de placer. Yo la miraba con descaro mientras ella prefería evadirse tras la oscuridad de sus párpados. Mis dedos pasearon por su piel hasta acabar seducidos por su cintura, donde jugueteé con su ombligo mientras me decidía a seguir subiendo los escalones de aquella pirámide que me representaba su hermoso cuerpo.
Ante tanta indecisión, Emma sujetó mi mano y, ayudada por su frenesí, la arrastró hacia sus senos dejando que su tímida mirada rogase el contacto de mis dedos. Me adueñé de ellos y me dejé llevar por aquel húmedo juego que nos estaba desatando un simple baño de burbujas.
Tras aquellas apasionadas caricias, una vez más, Emma se encargó de manejar la situación a merced de su delirio y me empujó alocadamente al acantilado de su sexo, donde caí precipitada a un abismo de lujuria que me incitaba a probarlo. Me recreé todo lo que me permitieron mis incansables dedos y, cuando parecía que un maremoto se hubiese apoderado de aquellas aguas turbias de frenesí, me arrebató el timón de sus genitales y se incorporó enérgicamente. Me sujetó de los brazos y, con una mirada totalmente cegada de placer, se abalanzó sobre mí robando cada beso que tenía reprimido para ella.
Deseaba tanto sentir su piel rozando con cada milímetro de la mía, que mi sexo ardía de sólo imaginarlo.
Mientras devoraba la carne rosácea de mis labios y saciaba aquella desmesurada necesidad que la dominaba, comenzamos un  voraz forcejeo donde nuestras manos se aferraban al cuerpo de la otra como si de un reencuentro se tratase.
Me levanté repentinamente, con la intención de desnudarme y acompañarla en aquel baño, pero, espontánea, extendió su mano invitándome a tomarla. Con sólo un leve tirón, me vi cayendo sin control sobre su cuerpo desnudo y cubierto de espuma.

-Estás loca-exclamé mientras me apartaba el cabello mojado de la cara.
Después de una buena oleada de risas, se fue deshaciendo, sin pudor alguno y muy lentamente, de cada prenda mojada que me cubría. Yo, mientras, mostraba un placentero goce mordiendo sus labios suavemente mientras me aferraba al borde de la bañera. Ambas nos encontrábamos desnudas, resbalando la una entre la otra y cubiertas de una densa nube de vaho, que nos sugería una romántica escena de película.
Retozamos a nuestro antojo sin darnos casi tiempo a respirar. Sólo jugamos a ese juego llamado sexo y le añadimos una pinceladas de romanticismo y erotismo, que nos llevaron a disfrutar de los mejores orgasmos de mi vida, y, seguramente, de la de Emma también.
Permanecimos abrazadas mientras recuperábamos el aliento y las aguas volvían a su calma inicial. Entretanto nuestras manos seguían recorriendo, una y otra vez, cada espacio de piel que asomaba entre las nubes de espuma, como un iceberg en la niebla, y quedaban completamente fríos. Tras instantes de silencio, advertí que la temperatura del agua estaba descendiendo y sugerí a Emma que abandonásemos aquel caldo de pasión..."

¿Queréis más? Aquí os dejo el enlace al libro completo donde podréis seleccionar las partes que prefiráis.
De lo Inerte Nace la Vida


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario...